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viernes, octubre 11, 2024
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Tiene 22 años y se recibirá de médico con los más altos honores de la Universidad Nacional de Cuyo

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Su nombre es Gonzalo Heras y vive en Las Catitas, departamento de Santa Rosa. El joven no sólo se convertirá en uno de los egresados más jóvenes de la Facultad de Ciencias Médicas sino que además su puntaje académico le permitió convertirse en el Primer Escolta de la Bandera Nacional.  

La salud es el bien más preciado y el objetivo de Gonzalo Heras es ayudar a cuidarla. Este joven de Las Catitas, ha demostrado que la medicina se debe practicar como un apostolado y es precisamente lo que logró hacer durante estos años de estudio.

Con tan sólo 22 años, no sólo se convertirá en uno de los egresados más jóvenes de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Nacional de Cuyo, sino que además se recibirá con los más altos honores de esta casa de estudios, ya que su puntaje académico le permitió convertirse en el Primer Escolta de la Bandera Nacional.

La vocación de ser médico, una necesidad que nace del interior

No hay dudas que Gonzalo, tomó la decisión más certera, la de sumergirse en el mundo de la medicina afianzado a un sentimiento y a una necesidad interior que lo acercaba a su verdadera vocación. Un sentimiento de gratificación personal por la entrega a sus semejantes; teniendo en cuenta que sus acciones no sólo servirán para tratar o curar al enfermo sino también para mejorar la calidad de vida de toda una comunidad. Detrás hay mucho, mucho esfuerzo.

“Decidí estudiar medicina desde que era muy chiquito y si bien no sabía nada de lo que significaba la carrera, sentía que tenía que estudiar esto” cuenta a Diario Diez. “Incluso, antes de comenzar a estudiar y de hacer el pre, tuve que decidirme entre medicina, odontología y farmacia, que eran las carreras que me gustaban y estaban relacionadas entre sí” dice el joven. “Mi familia me ayudó para poder orientarme y fue así que decidí comenzar la carrera de medicina”.


Capitán de su propio barco

Mientras cursaba el último año de secundaria en el año 2015 en la Francisco Croce de la Villa Cabecera de Santa Rosa, se preparaba en un instituto en ciudad para ingresar a la Facultad de Ciencias Médicas en la Universidad. Hacía ambas cosas a la vez, estudiaba para finalizar su cursado en el departamento del Este y viajaba a Ciudad, “Fue de terror” recuerda. Aquí, el tiempo tuvo otra dimensión. Se afianzó a su vocación, pasión, dedicación al estudio y, como buen capitán de barcos, supo atravesar cualquier tormenta.

Actualmente cursa 5° año de medicina, está a punto de culminar una etapa, una de las más importantes, la de concretar un sueño, un anhelo, un proyecto que se trazó para su vida y en este contexto jamás olvidará sus comienzos, el de dejar la casa paterna para ir en busca de nuevos horizontes. Extrañó y mucho, pero fue acostumbrándose, conoció gente nueva, compañeros de estudio que se transformaron en hermanos de la vida y aprendió a convivir con otras personas que dejaron una huella indeleble. 


9,21- Doctor Heras

Ser médico, significa ser noble, ser honesto, ser generoso, ser comprensivo, identificarse con el dolor ajeno, conmoverse ante una lágrima, ser solidario con el que sufre. Ser médico es: “Después de Dios, Ud. doctor”, significa ser admirado, ser esperanza, ser soporte, ser calor, ser capaz de ayudar a recuperar la salud, ser un instrumento de Dios, para mantener la vida que Él nos ha dado.

El Dr. Heras, para la comunidad de Santa Rosa, para su familia, para sus amigos, compañeros, profesores y vecinos, será eso y mucho más. Su vocación, responsabilidad y compromiso social quedaron demostrados en los resultados académicos que la propia Casa de Estudios, se encargó de emitir el pasado 17 de junio, donde la Secretaria de Asuntos Estudiantiles solicitó la designación de abanderados y escoltas de la Carrera de Medicina del ciclo 2020, designando como Primer Escolta de la Bandera Nacional de la Universidad Nacional de Cuyo a Heras, Gonzalo Matías con un promedio de 9,21.

“El viernes pasado me enviaron un mail y mi nombre estaba en la orden de mérito” dice emocionado. “Para mí es un orgullo muy grande, es una gran responsabilidad portar la bandera de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad. Significa responsabilidad y dedicación. Es haber dejado muchas cosas para dedicarme plenamente al estudio. Todo el esfuerzo que uno hace tiene su recompensa”, afirma con un nudo en su garganta.

Si bien es pronto para hablar de especializaciones en la rama de la medicina, afirma gustarle la hematología y cardiología.

Mi familia, mi sostén

Para ser médico hay que serlo en esencia. No se puede ser médico, porque sí, porque a alguien simplemente se le ocurre serlo. El ejercicio de esta profesión se haría insoportable, si no se lleva en la sangre la vocación de ser médico, y Gonzalo, cuenta que en este camino de su formación profesional el acompañamiento de su familia, de sus padres Leticia Brandi y Guillermo Heras, fue clave.


“Mis viejos se emocionaron muchísimo, lloraban, algo se esperaban, eso habla de la confianza que tenían en mí, me conocen muy bien y estaban verdaderamente felices” comentó. “Ellos han significado todo en este trayecto de aprendizaje, estuvieron a la par siempre al igual que mis hermanos Germán (26 – Contador) y Santiago (17 – futuro estudiante de medicina)”.

“Mis abuelos son muy especiales y con esta situación de la pandemia, me comuniqué por teléfono con ellos y cuando les dije se emocionaron mucho, me dijeron que estaban orgullosos y que cuando sea el acto de entrega de bandera quieren estar allí conmigo”.

Pero Gonzalo, no quiere dejar de mencionar el apoyo constante de su novia Clide Ahumada y de sus amigos Guido y Federico Otero, quienes lo alentaron para dar pasos firmes y confiaron en su capacidad.

Regresar a mis pagos

“Una vez que me reciba, sé que no será el fin, sino el inicio de muchas otras cosas. Primero me gustaría hacer una especialización, perfeccionarme y formarme bien en el campo que me gusta, adquirir amplios conocimientos y luego de un tiempo, ya cuando esté instalado en mi profesión, me gustaría regresar al pueblo y atender a la gente de Santa Rosa”.


El joven de Las Catitas, quien se define como una persona responsable, deja un claro mensaje sobre todo a los jóvenes “Nada se construye sin responsabilidad ni disciplina. Es importante tener una base de lo que uno quiere hacer y luego aferrarse. Al estudio hay que dedicarle tiempo, pero también hay que disfrutar y compartir momentos con la familia y los amigos, el acompañamiento es muy importante para llegar a cumplir con los objetivos propuestos”.POR GABRIELA SOSA

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